En muchas partes del mundo, particularmente en climas tropicales donde los bambúes gigantes crecen formando bosques, desde el norte de Australia a Asia oriental, la India, los EE.UU., Europa, África, e incluso la Antártida, existe la tradición de usar el bambú para la construcción de edificios y otras estructuras, como el puente de la siguiente imagen.
El bambú se utiliza para la fabricación de muebles, para pavimentos y paneles, y cada vez se utiliza más en arquitectura, en la construcción de estructuras edificatorias de todo tipo, especialmente viviendas. Principalmente se utiliza en construcción ligera, en regiones donde crece esta planta y donde el clima permite una construcción liviana, sin mucha lluvia, viento, insectos o temperaturas extremas. Su flexibilidad y alta resistencia en relación a su peso, le confiere características antisísmicas, y para muchos arquitectos y constructores ya es el material de construcción preferido. Otra de sus aplicaciones es su uso como material para fabricar los andamios empleados durante la construcción, y además es un material fácil de trabajar, requiere herramientas sencillas para su corte y manipulación.
Los bambúes tienen unas hojas altas de gran superficie, lo que hace que sean muy eficientes en la eliminación de dióxido de carbono de la atmósfera y la generación de oxígeno en su lugar. Siendo una planta de extremadamente rápido crecimiento, la extracción se lleva a cabo cada 3-5 años, frente a más de 25 años para maderas blandas y más de 50 años para muchas maderas duras.
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